El ser humano vive dominado por energías Yin-Yang precarias, que mantienen a su Esencia / Flama de Vida aletargada, apenas activa, y obstruyen su acceso a la energía superior: solo recibe energía del Tao para el mero vivir, con lo cual se debilita, enferma, desvitaliza y deteriora a un ritmo normal o acelerado. Es la vía ordinaria.
Prisionera de la naturaleza inferior, la Mente del ser humano, salvo escasas excepciones, es de muy baja calidad: permanece en el plano biológico-psicológico-social básico, presa de pensamientos, emociones y deseos abajados, perdida en el ego y en fines ruines, produciendo malestares y enfermedades en su materia.
La humanidad está desconectada de la naturaleza superior (espiritual) del Tao. Con una Mente bloqueada a las enseñanzas superiores (negándolas, rechazándolas o distorsionándolas) empeora voluntariamente su desmedrada existencia física.
Las corrientes filosóficas, iniciáticas, religiosas y medicinales degradadas (corruptas) terminan sepultando el potencial humano. El Taoísmo y la medicina vulgares (del hombre común) no escapan a esta debacle.
La Mente es la Vía a lo Superior